TODO EL CRÉDITO PARA LAS CASAS
Extenso reportaje sobre la distribución del crédito bancario en España, destacando que refleja la concentración creciente de los esfuerzos financieros en las actividades inmobiliarias durante los últimos años de burbuja inmobiliaria y crediticia. Un 55,18% de los préstamos se destina todavía ahora (en 2008 era el 62%) a la construcción, promoción y adquisición de viviendas, mientras que hace 25 años se destinaba a tales fines el 32% de la financiación, según datos del Banco de España.
De 1,339 billones de euros de crédito vivo actual concedido a los sectores residentes, 738.956 millones de euros (de los que se han excluido ya los absorbidos por el banco malo) financian la actividad inmobiliaria. El crédito a la actividad industrial no llega a los 110.000 millones, y supone el 8,2% del total, frente a un 23% del año 1992. Y los servicios (excluyendo la actividad inmobiliaria de intermediación) acaparan el 25,83% del total del crédito. Esta estructura de reparto de los recursos financieros ajenos destinados a la actividad es relativamente reciente. De hecho, no es hasta finales de los ochenta cuando comienza el declive de la financiación industrial y surge el vigor de la financiación inmobiliaria. De acuerdo con la base estadística del Banco de España, que recoge datos detallados desde 1992, la estructura del crédito ha experimentado un vuelco espectacular. En el arranque de la última década del siglo pasado el préstamo destinado a actividades productivas (se excluye la adquisición de casas y el crédito al consumo básicamente) era el 65% del total, frente al 48,9% de ahora, con un descenso protagonizado fundamentalmente por el avance de los préstamos a los hogares para adquirir casas con garantía hipotecaria. Pero un análisis del crédito productivo por su destino concreto permite observar que la industria absorbía el 23% del total. Fue perdiendo pujanza a medida que ganaba terreno la inversión inmobiliaria alentada por un modelo de incentivos fiscales indiscriminado primero y por unos tipos de interés nominales muy bajos tras la entrada de España en el euro. Así, ya en el año 2000 la industria solo disponía de un 14% del crédito vivo concedido a los agentes económicos. Y en la actualidad solo el citado 8,2% del dinero se destina a la industria. Los servicios, por su parte, se mantuvieron estables en el entorno del 30% del total del crédito, pero únicamente por la irrupción muy fuerte del crédito a la actividad promotora (servicios inmobiliarios) que llegaron a suponer prácticamente la mitad de la inversión crediticia en servicios en los momentos más álgidos de euforia inmobiliaria. En concreto, la actividad inmobiliaria absorbía el 48% de los préstamos para servicios en 2006, mientras que en 1992 representaba solo el 14%, y ahora, a finales de 2015, supone el 30%, tras el reventón de la burbuja inmobiliaria. En números absolutos, entre 2006 y 2010 superaron los 300.000 millones (más del 30% del PIB), y ahora solo suma 135.000 millones, un 13% del PIB. (Cinco Días. Primera página. Páginas 22 y 23. Editorial en página 14)